lunes, 10 de marzo de 2008

Despertares

Envuelto en sabanas que todavía contenían su esencia, despertó con el perfume embriagador de comenzar una nueva vida. Sin embargo esos aromas hicieron que ese despertar otoñal se convirtiera en uno muy triste, no solo la esencia de ella había quedado impregnada en las sabanas sino también en su mente. Hoy se cumplían 7 años de estar juntos pero una inesperada situación había puesto fin a esa historia cuatro semanas atrás. Sentado en el borde de la cama se daba fuerzas para poder ponerse de pie, aunque aquellos hermosos momentos cruzaban su mente una y otra vez perturbándolo de tal manera, que sus ojos no pudieron contener semejante tristeza. Entre parpadeos, manantiales de aguas caían de sus pupilas empapando sus manos que apretaban con mas fuerzas que nunca esas sabanas que tantas veces habían sido testigo de ese sufrimiento que ya parecía eterno. El viento golpeaba con fuerza las ventanas y lograba escabullirse por toda la casa provocando que la desolación sea aun mayor.

No tuvo mejor idea que tomar entre sus manos una fotografía de ella. Veinte y siete de febrero del 1997, aproximadamente las once de la mañana, un día muy caluroso en la playa del sur. Ese había sido el marco de aquella fotografía que ilustraba a la pareja en su época más esplendorosa. Sin embargo mucha agua paso bajo el puente después de esas vacaciones para ella, y él sin ni siquiera sospecharlo y planeando una vida a futuro con ella, se encontró con un final que no imaginaba ni esperaba. Desde aquel día, se vio sumergido en una nebulosa que jamás pudo salir. Mañanas, tardes y noches eran a puro sufrimiento, no encontraba la manera de deshacerse de ella y cada día empeoraba más. Las constantes apariciones de ella en sus sueños, las cartas, poemas y distintos recuerdos lo estaban condenando al infierno mismo.

Pero hoy no era un día más en su melancólica vida. No solo él se sentía distinto, sino que percibía que ese dolor que tenia, ese dolor que lo agobiaba tanto iba a desaparecer. Desde el balcón ubicado en el primer piso de la casa se veía como una niebla espesa cubría toda la cuidad, las calles estaban mojadas por el roció matinal y las hojas secas arremolinándose en el piso daban a entender que una tormenta se avecinaba. El viento logro abrir las ventanas que daban ala calle, la foto junto a otros recuerdos que guardaba de ella en una caja cayeron y se esparcieron en el piso de madera. Se paró rápidamente y anonadado recorrió con su mirada toda la habitación, se quedo quieto por algunos segundos y fue ahí cuando supo que no solo era un adorno para la habitación, y que no era coincidencia que eso estuviera ahí antes de comprar la casa. Sino que el destino había calculado el año, el día exacto y la hora a la perfección para que ese acontecimiento se lleve a cabo. Esa soga náutica que colgaba de uno de los parantes de la casa finalmente iba a ser usaba con el fin con la que fue hecha.

Aquellos recuerdos de cuando corría detrás de la pelota tratando de hacer un gol, el primer día en el colegio, las tardes junto a sus abuelos viendo televisión, las salidas de pesca en el viejo muelle, ese primer beso en la terminal de micros semi abandonada que todavía le hacia cosquillas en la panza, hicieron que todos los feos recuerdos no tuvieran importancia y que acabar con su vida fuera la peor decisión a tomar en esta ocasión. Sin embargo las decisiones se toman en vida, y la foto llena de sangre daba muestras claras de que ya no formaba mas parte de ella. Lo único que quedaba de él, era su cuerpo ensangrentado por la soga que había cortado parte de su cuello intentando remediar lo inevitable; y de fondo el sonido de una persona que llegó 5 minutos tarde, y que solo será atendido por una maquina que repetirá lo mismo una y otra vez …… .

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