lunes, 15 de noviembre de 2010

Carta de renuncia

("El siguiente escrito no esta basado en un hecho real ni personal" ajajaja)

Hoy decidí quedarme en casa, para acabar de lamer mis heridas en solitario como los animales...

Acostado en mi habitación me puse a pensar, mientras el viento entraba por mi ventana y soplaba en mi oído verdades mentirosas y la vela se consumía, como consumiendo la poca razón que me quedaba.
Las paredes rechinaban como queriéndome molestar, con ese ruido doloroso e inmundo que producían, las cortinas se movían con el movimiento del viento y yo me encontraba entre esas cuatro paredes que encerraban mi mente y mis pensamientos. Me encontraba pensando en un estado de silencio absoluto, pensando en un mundo vacío, pensando en una rosa, pensando en un amor no correspondido, pensando en... vos.


Pero basta! Renuncio! renuncio a...

Renuncio a quedarme con tu mala mirada, tus palabras frías, tu poca alegría, tu poca fe ante la vida. Y que por culpa de tus problemas, no puedes admitir que otros sean felices o que estén tranquilos.

Renuncio a quedarme con tu egoísmo, tu hipocresía. Tus bondades por conveniencia, tus críticas destructivas, tus responsabilidades que son solo tuyas y no mías.

Renuncio a sentirme triste, cuando me hieres con tus palabras tan despreciativas.

Renuncio a las excusas, al simple hecho de decir que esto pasó por que “tú” no hiciste y que jamás digas "me equivoqué, lo admito".

Renuncio a creer que soy todo lo que me dices. Y a creer que solo tú haces las cosas bien. Cuando llevo contados todos tus errores y no me importaron, ni por eso deje de estimarte, ni por eso te pensé como menos persona.

RENUNCIO Y PUNTO.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Mas dificil renunciar a algo que nunca se obtuvo, mas aun cuando se sintio tan real que hasta el alma grito dolor...

renuncias!

Tambien trato...
pero como duele este grito!!!